EL TREN DE LAS CINCO VILLAS

El 10 de noviembre del año 1904 con la Ley de Ferrocarriles Secundarios se acordó la construcción de la línea Gallur-Sadaba, conocida popularmente como el “trenico” o el “Tren de las Cinco Villas”. Era una línea de vía estrecha, lo que la condenó al fracaso con el tiempo.

Su construcción era un viejo proyecto de finales del siglo XIX que se llevó a cabo en la primera década del siglo XX. El fin de la Guerra de Cuba contribuyó a ello, y es que el famoso “Desastre del 98” por el que se perdió Cuba, Puerto Rico y Filipinas; no fue tan catastrófico para muchos pueblos de Aragón, sino más bien lo contrario, pues el azúcar que se producía en Cuba fue sustituido por el azúcar de la remolacha procedente de los pueblos ribereños.

Por otra parte, nos encontramos en la España del ferrocarril. De igual manera que hoy en día la banca y las eléctricas manejan los gobiernos, entonces lo hacía la banca y la industria del ferrocarril, lo que ocasionó un auténtico frenesí constructor de vías de tren. Para ser justo y honesto, debo señalar que está fiebre ferroviaria venía motivada también porque el transporte aéreo no existía, el vehículo era un invento reciente y las carreteras más bien eran caminos. Por tanto, el tren era el transporte más rápido y eficaz, junto con el Canal Imperial de Aragón.

Hubo que bregar por el itinerario del ferrocarril, ya que a la vez que se propuso el trayecto Gallur-Sadaba, se planteó el recorrido Zuera-Sadaba. Poco importó que de los 47 municipios consultados, 44 eligieran la segunda ruta. Finalmente se optó por el camino Gallur-Sadaba. Jugaría un papel importante en tal elección el hecho de que Gallur era un baluarte de la industria remolachera en la zona y que además era un gran nudo de comunicaciones.

A pesar de que el proyecto se aprobó en 1904, hasta 1912 no comenzaron las primeras expropiaciones y algún que otro problema en Ejea y en Sádaba hizo que se retrasara casi un año la conclusión de los trabajos y que en lugar de inaugurarse en 1914, como estaba previsto,  se inaugurara el 30 de marzo de 1915. El primer servicio de la línea comenzó el 19 de abril de ese mismo año. Sin embargo, las obras continuaron, ya que todavía quedaba por culminar el tramo Ejea-Sádaba, que quedó acabado el 30 de diciembre.

Fue una considerable obra de ingeniería, puesto que hubo que construir tres puentes y elevar tres tramos metálicos sobre el río Ebro, el canal de Tauste y el barranco de Mira. En sus vagones no sólo circulaban pasajeros, sino también y más a menudo mercancías, entre las que destacan el trigo, la remolacha y la harina.

El 8 de julio de 1970 se clausuró la ruta y se procedió a desvalijar las vías. Dos factores contribuyeron a ello. Por un lado la estrechez de las vías dificultaba los enlaces en Gallur y por otro lado, el transporte por carretera hizo caer en desuso el ferrocarril. Fue un desatino que no se conservaran algunos tramos de especial belleza, como el tramo elevado que cruzaba el Ebro por nuestra villa frente al Puente de las Arcadas y que podría ser utilizado como reclamo turístico, exponiéndolo como un resto arqueológico de la era industrial.

Os dejamos las fotografías proporcionadas por nuestra colaboradora María José Sierra Archilla y de paso, aprovechamos para darle las gracias.

 

Santiago Navascués Alcay

Lcdo. en Historia por la Uni. de Zaragoza

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