LA FRONTERA ENTRE LA MEDICINA TRADICIONAL Y LA MAGIA

A veces hablar con nuestros mayores puede aportar información de incalculable valor histórico. Es así como he tenido noticia de una práctica medicinal con tintes mágicos que se efectuaba en Gallur para eliminar orzuelos, esos molestos y dolorosos abultamientos que en ocasiones afloran en la base de las pestañas. El ritual consiste en lo siguiente: se frotaba el orzuelo tres veces con una llave hueca y después se arrojaba la llave a la puerta de la casa de cualquier mujer que se llamase María y se pronunciaba tres veces la frase: “Señora María, aquí le dejo esto”.

Frotar una llave hueca en cualquier material y aplicarla cuando esté caliente en el orzuelo es un remedio casero muy común. Basta con buscar en internet remedios caseros para acabar con los orzuelos y encontraremos montones de páginas con esta solución, que por otra parte es de una lógica medicinal aplastante: al frotar la llave se calienta y al aplicar calor a la zona, el orzuelo madura, se abre y la grasa que tiene dentro sale espontáneamente. En dichas páginas, incluso indican que serviría cualquier objeto de metal como pueda ser un anillo, la cuestión es aplicar calor.

Lo peculiar, y que por el momento sólo tenemos noticia que se hiciera en nuestro pueblo, es que se frote tres veces la llave en el orzuelo, se arroje a la puerta del hogar de una mujer que se llame María y se repita tres veces la frase mencionada en la cabecera del artículo. Ahí estamos ante un ritual de magia medicinal cristiano y la frase “señora María, aquí le dejo esto” no es otra cosa que una fórmula mágica.

Para el que está familiarizado con la magia en la Antigüedad, los materiales utilizados, el número de repeticiones y las fórmulas mágicas usadas en un determinado ritual mágico nunca son casuales, sino que tienen un porqué, un significado oculto y responden a un patrón racional.

Una llave tiene forma de cruz. Si juntamos las tres veces que se restriega la llave con las tres veces que se enuncia la frase, nos da el número treinta tres, edad a la que murió Jesús. Y por último, se debe tener en cuenta que Cristo murió ante su madre María, que estaba de rodillas al pie de la cruz en su último suspiro.

Lo que se está haciendo es recrear la muerte de Cristo y lo que se pretende es que por contacto con la llave, el orzuelo se convierta en Jesús y al igual que él, muera ante la puerta de la señora María, poniendo así fin al padecimiento.

Como en casi toda magia curativa, se carga a un remedio medicinal casero con rituales supersticiosos que tienen en su conjunto un sentido racional.

 

Santiago Navascués Alcay.

Lcdo. en Historia por la Univ. de Zaragoza.

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