ANTONIO MANERO BORAO

Hoy se cumplen 45 años de la ejecución por garrote vil de Salvador Puig Antich, última persona ejecutada en España durante la dictadura franquista. Imagino que pocos sabrán que fue un gallurano quien le habló por última vez antes de ser ajusticiado. Su nombre es Antonio Manero Borao, sacerdote salesiano.

Nuestro gallurano cuando casi tenía cuatro años quedó huérfano de padre, lo que le marcó de por vida. Es por ello que tendría desde su más tierna infancia como referente a Don Bosco, alguien que creció en las mismas condiciones que él y que fue fundador de la Congregación Salesiana, sintiendo siempre predilección por los niños huérfanos y más necesitados.

Se crió en Gallur al son de la última guerra civil, de la que recordaba los bombardeos, el sinsentido del odio y algún que otro extraordinario gesto de solidaridad, lo que le convirtió en un acérrimo defensor de la paz durante toda su vida.

Ingresó en la orden de los salesianos, siendo destinado como educador en varias localidades de Cataluña, escribiendo en sus ratos libres poesía que compartía con sus alumnos. Estudió teología en Turín y en 1955 fue ordenado sacerdote, oficiando su primera misa en Gallur.

Volvió a ser destinado como educador en diversas casas de la congregación salesiana en Cataluña, donde ocupó importantes cargos directivos y fue uno de los impulsores de la renovación de la Iglesia y de su propia congregación, siguiendo los preceptos del Concilio Vaticano II. Poco a poco fue convirtiéndose en una eminencia dentro de su congregación que predicaba ejercicios espirituales salesianos en Sudamérica.

Resulta que Salvador Puig Antich, condenado a la pena máxima por su implicación en la muerte de un policía en un tiroteo; fue alumno suyo en Mataró y solicitó su compañía la última noche de su vida, antes de ser ejecutado. Nuestro biografiado no rechazó la solicitud del joven y acudió a su llamada. Según el testimonio de Antonio Manero, pasó la noche con él y sus familiares; a la madrugada despacharon a todos, excepto a él, dejándole a solas con Puig Antich. A continuación le esposaron, le pidieron que se marchara y es entonces cuando le cogió de las manos y le expresó las últimas palabras que pudo decirle al reo: “Salvador, Dios te ama”.

Continuó el resto de su vida dedicándose a la educación, especialmente de los huérfanos, entre Huesca y Cataluña, y finalmente murió el 26 de abril del 2016 en Barcelona.

La información aquí mostrada se ha obtenido gracias al pdf que publicó la parroquia salesiana María Auxiliadora de Huesca sobre Antonio Manero Borao y que me ha sido facilitado por nuestra colaboradora Carmina Gascón.

 

Santiago Navascués Alcay.

Lcdo. en Historia por la Uni. de Zaragoza.

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