EL «GRAN HERMANO» DEL FRANQUISMO

El 8 de junio de 1949 el escritor británico Eric Arthur Blair, mundialmente conocido como George Orwell, publicó una de sus obras más famosas y aclamadas: «1984«. En el momento de la publicación de la obra, Orwell, que había nacido en la India colonizada por el Imperio británico y que había visto los abusos cometidos contra la población india por parte de los ocupantes, también había vivido en primera línea la Guerra Civil Española como voluntario. De hecho llegó a estar destinado en el Frente de Aragón luchando en las Brigadas Internacionales en favor de la República, viendo allí el daño que podían hacer tanto el fascismo alzado en armas como el estalinismo, la única potencia que había salido en ayuda del gobierno republicano ante la negativa por parte de democracias como la británica, la francesa o la estadounidense. Orwell desarrolló un pensamiento muy crítico en contra del imperialismo, de los fascismos y de la dictadura de Stalin en la URSS, y eso lo plasmó en algunas de sus obras como «Rebelión en la granja» y «1984«. Ambas son unas obras distópicas en las que habla de posibles futuros para la humanidad y en las que critica todos los regímenes dictatoriales que representen la eliminación de libertades básicas para la ciudadanía y su control por medios coercitivos.

En el caso de la novela «1984» habla de un mundo en el que los diferentes gobiernos controlan absolutamente todo. Desde la propia Historia, que manipulan según los intereses del momento, hasta lo que deben pensar o no los ciudadanos. Todos aquellos que se salen de la norma impuesta son finalmente castigados y a todo el mundo se le vigila a través de lo que llama el «Gran Hermano«, que es precisamente lo que ha terminado por dar su nombre al popular programa de televisión. Este férreo control de que te puedan escuchar espías, vecinos o cámaras instaladas en tu trabajo y vivienda y que expone Orwell en su libro no estaba tan lejos de la realidad, y es que las dictaduras de cualquier tipo tratan de imponer su visión del mundo y su ideología, persiguiendo y castigando a aquellos que piensan diferente, además de estar permanentemente vigilando cualquier tipo de disidencia.

Esto nos lleva a un documento encontrado en el valiosísimo archivo municipal del Ayuntamiento de Gallur y que es una auténtica joya de nuestro patrimonio. Durante la dictadura franquista se impuso el pensamiento monolítico, al menos de cara a la galería, tratando siempre ciertos temas como un tabú por no estar seguros de quién te podía escuchar e incluso denunciar a las autoridades del momento. En dicho documento, fechado el 13 de abril del año 1948 (curiosamente apenas un año antes de la publicación del libro «1984«), el Estado Mayor del Ejército del Aire para la Región Pirenaica envió una notificación reservada al Ayuntamiento de Gallur en la que solicitaba información sobre un gallurano que había solicitado su ingreso como voluntario en el cuerpo militar mencionado.

Tal y como se ve en el anverso y el reverso de dicho documento, el Estado Mayor pide al consistorio gallurano que le remita toda la información que tenga, lo más detallada posible, sobre la conducta moral y de la ideología política tanto del voluntario investigado como de su propia familia, haciendo incluso referencia a la autorización para conseguir dicha información «por los métodos que estime más convenientes«. Además, se establece también el imperativo de que la persona investigada no debía tener conocimiento alguno de haber sido investigado por las autoridades. Como vemos, estamos hablando de una vigilancia abusiva, ya no sólo de cualquier ciudadano, sino también de sus familiares, de cuyo comportamiento se le hacía también responsable.

Informe de respuesta remitido por el Ayuntamiento de Gallur

Como se ve en la anterior imagen, la respuesta del ayuntamiento fue positiva para los intereses del investigado, que sin embargo había sido objeto de un escrutinio personal y familiar abusivo. Y este es tan sólo un caso y de una persona que además quería ingresar en el ejército. Hay que imaginar el tipo de documentación y de pesquisas si habláramos de perseguidos por parte de la dictadura por uno u otro motivo, ocurriendo esto en las miles de localidades de toda España. Todo acto o actuación de cada familia estaría sometido a la vigilancia de todos, convirtiéndose la sociedad española en una especie de Gran Hermano durante décadas, tal y como escribió George Orwell en su novela, pero con consecuencias que en este caso se vivían tristemente en la realidad y que nunca hay que olvidar para que jamás se vuelvan a repetir.

Sergio Martínez Gil

Lcdo. en Historia por la Univ. de Zaragoza


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