Hace no mucho tiempo, en los años 40 y 50 del pasado siglo, tras el desciframiento del signario ibérico allá por los años veinte y el paréntesis de la Guerra Civil, me consta que en nuestras escuelas frecuentadas por los niños cuyos padres en aquellos tiempos se lo podían permitir, se enseñaba que el nombre de nuestra villa procedía de los vocablos íberos Gall y Ur, que combinados significan «villa fuerte de un gran río». Otros decían que el origen de nuestro topónimo había que buscarlo en el gallo que porta el escudo de nuestra localidad.
Todo estaba equivocado, pues en los años cincuenta las prospecciones arqueológicas del profesor de la Universidad de Zaragoza Antonio Beltrán descubrieron los restos de un pago -distrito rural perteneciente jurídicamente a una ciudad- dos kilómetros río arriba del emplazamiento actual del pueblo, en los campos del Razazol. Entre los restos del asentamiento romano se halló una inscripción en la que se encontraba el nombre del lugar: Pagus Gallorum. La traducción al castellano sería el «Pago de los galos» y de ese Gallorum deriva nuestro actual Gallur.
Sabemos que por el tipo de letra y la hedera -hoja con forma de corazón- del final, la inscripción ubicada en el yacimiento y cuya fotografía, tomada de la página web de Hispania Epigraphica, encabeza el artículo; data de mediados del siglo I d.C. al siglo II d.C.
Francisco Beltrán Lloris piensa que el pago sería fundado en el siglo I d.C. poco después de la fundación de la colonia de Caesaraugusta -actual Zaragoza-, por las tropas de Augusto que anteriormente habían participado con Julio César en la conquista de las Galias. Eso explicaría el nombre de «Pago de los galos». No obstante, no sería el único topónimo de la época en Aragón que hiciera referencia a las Galias y que nada tienen que ver con la presencia de esos ejércitos. Existía un río Gallicum que ha derivado en el actual río Gallego y las localidades de Tolous y Labitolosa en el Cinca, que se sospecha que pudieran guardar algún tipo de relación con la Tolosa francesa.
Se han dado dos transcripciones del epígrafe y tres traducciones. Las transcripciones serían las siguientes:
Sextus Aninius Ludus pago Gallorum et Segardinenssium fecit.
Sextus Aninius Lupus pago Gallorum et Segardinenssium fecit.
Las traducciones que se han dado son:
Sexto Aninio Ludo lo hizo en el pago de los galos y segardinenses (probablemente se refiera al edificio público en el que estaría colgada la inscripción).
Sexto Aninio hizo juegos en el pago de los galos y segardinenses (se refieren a juegos de gladiadores).
Sexto Aninio Lupo lo hizo en el pago de los galos y segardinenses.
Ludus puede traducirse como el nombre de persona «Ludo» o como «juego». El antropónimo Ludo es muy extraño, casi con seguridad inexistente entre las miles de inscripciones romanas que tenemos a lo largo y ancho del Antiguo Imperio Romano. Traducir Ludus como «juego» también presenta problemas porque si vamos a la traducción completa de la inscripción, no hay manera de encajar la palabra «juego» en ella sin que desempeñe la función de complemento directo. Además para que tenga sentido la frase nos obliga a utilizar el plural de la palabra «juego». En latín «juegos» en plural y como complemento directo se escribiría Ludos, nunca Ludus, que indica singular y función sintáctica de sujeto o atributo.
Por todo ello Francico Beltrán cree que en lugar de Ludus pone Lupus, lo que se traduciría como Lupo, un nombre propio muy común por aquellos años que además estaría en singular y desempeñaría la función de sujeto acorde con la terminación en «us» de la palabra. Así pues, en mi opinión, la traducción más plausible es la que da Francisco Beltrán: «Sexto Aninio Lupo lo hizo en el pago de los galos y segardinenses».
Por lo tanto, al contrario de lo que se creía popularmente, el gallo no daría nombre a la localidad sino que en todo caso el topónimo del pueblo propició el uso de este animal en la heráldica.
Santiago Navascués Alcay
Doctor en Historia por la Univ. de Zaragoza
BIBLIOGRAFÍA
• Beltrán Lloris, F. (2012); «Las inscripciones latinas del Principado (siglos I-III d.E.)», en Aragón Antiguo: fuentes para su estudio, Departamento de Ciencias de la Antigüedad de la Universidad de Zaragoza.
• Royo Guillén, J.I. (2005); «La arqueología en la Ribera Alta del Ebro», en Comarca de Ribera Alta del Ebro, Diputación General de Aragón.
• Urgel Masip, A. (2005); «La toponimia de la comarca de la Ribera Alta», en Comarca de Ribera Alta del Ebro, Diputación General de Aragón.